Artículo publicado en UniversidadSí el día 11 de diciembre de 2017
Las universidades españolas se han transformado de manera sustantiva en los últimos treinta años. Desde la aprobación de la Ley de Reforma Universitaria de 1983 y la Ley de la Ciencia de 1986 hasta hoy hemos vivido cambios más que relevantes. Uno de ellos es el de la progresiva internacionalización de las universidades.
La internacionalización de las universidades españolas se ha producido a causa de factores internos y externos a la institución. Internamente, los equipos rectorales y directivos han promovido normalmente la apertura al exterior, la colaboración internacional, la movilidad de los estudiantes. Externamente, una sociedad y una economía cada vez más globalizada están forzando las universidades a convertirse en actores internacionales en sus diversas responsabilidades: la formación, la investigación científica, la transferencia del conocimiento y el compromiso social. La Unión Europea, con sus ambiciosos programas de movilidad y de fomento de la investigación, ha generado como bien sabemos incentivos remarcables. A día de hoy es prácticamente imposible concebir una institución universitaria sin que esta forme parte de una constelación de redes de colaboración tanto local como internacionalmente. Asimismo, el planeta y la humanidad tienen ante sí problemas de alcance global que deben ser abordados bajo perspectivas multidisciplinares y multiinstitucionales a escala internacional. Los propios Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para el período 2015-2030 son una buena muestra de ello.
¿Qué podemos decir respecto al proceso de internacionalización de las universidades españolas en estos años? Aunque sea de forma esquemática, me gustaría compartir mi propia experiencia y unas breves reflexiones, siempre provisionales. He tenido el privilegio de desarrollar mi actividad profesional en el terreno de la gestión y la estrategia de una universidad, en el ámbito gubernamental de la política universitaria y de investigación en Cataluña y, en los últimos años, desde el conjunto de sistema universitario público catalán.
Algunas de las tendencias más significativas en el contexto universitario de Cataluña (repito, de forma muy esquemática) han sido las siguientes:
- Una progresiva institucionalización de la internacionalización. Con el paso de los años, las universidades han ido desplegando la importancia creciente de la estrategia de internacionalización: creación de vicerrectorados específicos, diseño e implementación de planes de relaciones internacionales, programas y unidades de gestión, etc. En este sentido, la internacionalización ha pasado de ser una actividad normalmente residual a convertirse en estratégica para la mayoría de universidades catalanas;
- Una creciente integración de estrategias, programas e iniciativas. En conexión con el punto anterior, las universidades han transitado normalmente desde la gestión de multiplicidad de acciones y programas (normalmente inconexos y fruto de acciones individuales o grupales en facultades, departamentos o institutos) a una integración progresiva, más institucionalizada y estratégica;
- Del ‘barniz’ internacional a la universidad internacional integral. Aunque con diferencias evidentes entre universidades, se observa un tránsito de acciones modestas a un modelo de universidad que ya se define a sí misma como actor internacional. Años atrás, por ejemplo, la movilidad de un estudiante era un factor añadido al título, restringido además a aquellos que se lo podían permitir. A día de hoy, diversas universidades ya piensan y diseñan sus planes de estudio en perspectiva internacional. Y lo mismo podemos afirmar en el caso de la investigación, donde muchos grupos ya se conciben como actores internacionales y ello queda reflejado en la composición de su plantilla académica, en los estudiantes de diversos países (sobre todo en programas de máster y de doctorado) y sobre todo en la cantidad de proyectos europeos e internacionales que llevan a cabo;
- Un creciente interés por los posicionamientos internacionales. La reputación internacional de las universidades se ha convertido en los últimos años en un aspecto clave, que se expresa principalmente en los diversos ránquines internacionales, en la participación en redes internacionales o en la captación y retención de personal docente e investigador extranjero de reconocido prestigio;
- La importancia creciente de lo que denominamos ‘Internationalization at Home (IaH)’ con el trabajo llevado a cabo por las universidades para aportar una dimensión internacional en la experiencia universitaria de la mayoría de estudiantes;
- El tránsito de estrategias institucionales aisladas (constelación de universidades en un territorio con distintas políticas de internacionalización) a un sistema de relaciones internacionales más integrado y coordinado. En este sentido, cabe destacar el trabajo llevado a cabo de forma conjunta desde la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) que en los últimos ocho años ha desarrollado una estrategia común de proyección internacional bajo la visión ambiciosa de convertir Cataluña en el área universitaria y de investigación de referencia en el sur de Europa. De esta manera, se han desarrollado diversas estrategias y proyectos para internacionalizar las universidades públicas catalanas, desde la presencia conjunta en organismos y ferias internacionales, la promoción de acuerdos internacionales conjuntos, el fomento de la movilidad o la puesta en marcha de un observatorio internacional que elabora informes y estudios para el conjunto del sistema. Todo ello ha permitido mayores impactos, mayor eficiencia y también un aprendizaje colaborativo entre personas y universidades más que destacable.
- En relación al punto anterior, el sistema universitario catalán ha ido encontrando con el paso de los años un sabio equilibrio entre la competencia y la colaboración interuniversitaria. Se ha transitado en buen parte de un sistema principalmente competitivo entre universidades (necesario y eficiente en muchas ocasiones) a un sistema de balance óptimo entre competencia y colaboración, donde los espacios de cooperación son ricos y generan economías de escala y mayores impactos. Esto ha sido así también por lo que respeta a la consolidación de estrategias de internacionalización conjuntas como sistema, que añaden valor a las estrategias particulares de cada universidad. De hecho, la experiencia demuestra que los inicios de la cooperación son dubitativos y lentos, pero que a medida que se produce la cooperación interinstitucional y se es consciente de su valor añadido, la cooperación se refuerza y consolida.
La internacionalización de las universidades públicas catalanas también se ha encontrado con limitaciones significativas que cabe reconocer. Entre ellas, una vez más de forma muy esquemática, encontramos las siguientes:
Una estrategia de internacionalización de la sociedad y la economía catalanas todavía débil o en expansión;
- El hecho de que las políticas de internacionalización no han estado a menudo en el núcleo estratégico de la política universitaria (como sí ha estado, por ejemplo, la política de fomento de la investigación);
- La circunstancia de que la propia organización universitaria sea un factor limitante: multitud de actores, departamentos, facultades o iniciativas. El hecho de que muchas de las acciones sean casi personales o de grupos reducidos. Todo ello conlleva en ocasiones la falta de coherencia estratégica, la dispersión y los impactos reducidos o limitados al corto plazo;
- La financiación para la promoción de la internacionalización ha sido escasa (a pesar de los distintos programas institucionales, catalanes y estatales) y se ha visto reducida en los últimos años de crisis económico financiera;
- La política de personal docente e investigador (con sus rigideces y normativas para el conjunto de España) ha dificultado y dificulta la atracción y retención de talento de otros países;
- La cultura de la colaboración interuniversitaria todavía se encuentra ‘en construcción’. Las realidades universitarias diversas, las dificultades para apreciar las bondades de la cooperación, la falta de estímulos para la colaboración o las inercias institucionales han sido factores limitantes. A pesar de ello, se ha hecho un gran camino en la consolidación de un verdadero sistema universitario catalán, con su reflejo en las estrategias conjuntas de internacionalización.
El balance en el contexto universitario de Cataluña es claramente positivo. En estos decenios se ha podido construir, a pesar de las dificultades expresadas, un sistema universitario más abierto e internacionalizado que nunca, fiel reflejo de una sociedad más compleja, dinámica y de carácter global.