Artículo publicado en el diario La Vanguardia el lunes 7 de noviembre de 2011
La Cataluña del futuro será, en buena parte, lo que sean sus universidades. Esta es la frase que reiteró una vez más el Ministro de Educación, Ángel Gabilondo, en la presentación hace pocos días del estudio Impactos de las universidades públicas catalanas en la sociedad. Si como creemos, pues, esta es la diagnosis, nos deberíamos plantear cual es la contribución de las universidades en el desarrollo social, económico y cultural de Cataluña. El estudio lleva a cabo un análisis extenso sobre los impactos de las ocho universidades públicas catalanas en la sociedad y la economía. En el ámbito europeo, solamente la Gran Bretaña ha llevado a cabo estudios de un alcance similar. En este sentido, el libro aporta una gran cantidad de datos que ayudan a deshacer tópicos recurrentes. A falta de espacio en este artículo, me referiré muy brevemente a cuatro aspectos o tópicos que el estudio contradice.
Tópico 1) La universidad catalana no forma adecuadamente a los estudiantes. Los datos demuestran que la tasa de ocupación de los graduados universitarios es del 80%, treinta puntos porcentuales por encima del total de la población, y el 73% de los titulados afirma sentirse satisfecho con los estudios realizados y afirma que repetiría carrera;
Tópico 2) No somos un país con una investigación científica sólida ni con impacto internacional. Las universidades públicas catalanas muestran un impacto científico de un 34% superior a la media mundial, por delante de países como Alemania, Francia y Finlandia y a las puertas del grupo mundial líder; las universidades catalanas son las cuartas de Europa en captación de fondos europeos de investigación altamente competitivos;
Tópico 3) La universidad catalana es ineficiente. Cada profesor universitario catalán publica cerca del 50% de artículos científicos más de lo que lo hace un homólogo del resto del Estado. Y ello teniendo en cuenta que la inversión pública en educación superior en Cataluña (1.09% del PIB) es todavía inferior a la de la media española (1.15%) y lejos de países como los Países Bajos (1.48%) o Suecia (1.57%);
Tópico 4. La universidad pública es un gasto, no una inversión. Por cada euro invertido en educación superior en Cataluña, repercuten 1.88 en la economía del país.
Necesitamos mejorar? Por supuesto. Pero en Cataluña partimos de una base sólida y de unas universidades dispuestas a liderar el progreso social, económico y cultural. Apostemos por ellas.