Artículo publicado en Universidadsí, junio de 2016
En el conjunto de España, tan solo el 18,9% de los investigadores con título de doctor desarrollan su carrera profesional en el tejido empresarial. Esta cifra aumenta ligeramente en el caso de Cataluña, pero solo hasta el 22,9%. Todo ello contrasta con una inserción profesional en el ámbito económico mucho mayor en países como Dinamarca (36,9%), Estados Unidos (45,5%) o los Países Bajos (54,3%), por citar tres ejemplos. Por otro lado, las empresas, de cualquier sector y tipología, deben apostar crecientemente por la generación de valor añadido y por la innovación como palanca de desarrollo competitivo sostenible. Y para lograrlo, uno de los factores críticos es el capital humano cualificado y la atracción y retención de talento. De hecho, aunque hablamos principalmente del sector empresarial, también podemos extender esta realidad al mundo de las instituciones públicas, al tercer sector y a cualquier organización social o cultural que persiga innovar y generar valor para atender a las demandas y necesidades sociales.
En las últimas décadas, en Cataluña ha aumentado significativamente el número de doctores. Así, por ejemplo, se ha pasado de leer 1.580 tesis doctorales en las universidades catalanas el curso 2008-2009 a leerse 2.309 el curso 2013-2014. Y de este total, aproximadamente el 35% han sido tesis leídas por doctorandos extranjeros, lo que indica la capacidad de internacionalización creciente en los estudios de doctorado. Por su propia formación, un doctor (de acuerdo con los descriptores de Dublín) es un profesional altamente cualificado: un profesional del conocimiento con una comprensión sistemática de un campo científico, con capacidad analítica profunda y con rigor y metodología científica.
En este contexto, el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, conjuntamente con las universidades catalanas, impulsa desde el año 2012 el Plan de Doctorados Industriales. El Plan tiene como principal objetivo ayudar a que la investigación científica que se lleva a cabo en el ámbito académico pueda ser transferida al mundo empresarial (e institucional), y se promuevan las colaboraciones en materia de investigación e innovación entre las empresas, las universidades y los centros de investigación en Cataluña. Para poder alcanzar este objetivo, se impulsan tesis doctorales de interés común entre universidades y empresas. El Plan está abierto a cualquier tipo de empresa y por supuesto a cualquier ámbito del conocimiento. El elemento central es un proyecto de investigación de una empresa, que se desarrolla en colaboración con una universidad o centro de investigación y que constituirá una tesis doctoral que permitirá al futuro doctor iniciar su carrera investigadora. La empresa (o institución) es la que contrata el doctorando, con una retribución bruta mínima que fija la Generalitat, y designa un responsable tutor. El entorno académico pone a su disposición las infraestructuras y capacidades científicas, integra el doctorando en un grupo de investigación y nombra también un tutor (director académico) que hará el seguimiento de la tesis juntamente con el tutor de la empresa. La relación se concreta mediante un convenio de tres años. La Generalitat aporta financiación para los tres años, tanto a la empresa (cuotas patronales), a la universidad o centro de investigación (importe equivalente) y al propio doctorando (subvención para costes de matrícula, bolsa de movilidad y formación en competencias transversales). Un esquema de financiación que es compatible con cualquier otro tipo de ayudas y que se beneficia de las deducciones fiscales correspondientes.
En la fase de conceptualización y de diseño del Plan en Cataluña se analizaron en profundidad diversas iniciativas europeas similares. Principalmente dos específicas con más de treinta años de experiencia: por una parte, las Conventions Industrielles de Formation pour la Recherche (CIFRE) en Francia; por otra, The Industrial PhD Program en Dinamarca. Sin entrar en más detalles por la brevedad del artículo, manifestar que el programa CIFRE en Francia ha permitido que más de 21.000 doctores hayan realizado su tesis mediante este programa, con la participación de unas 7.500 empresas y unos 4.000 centros académicos y científicos, dando lugar a más de 2.000 patentes. Asimismo, los doctores disfrutan de una alta inserción profesional, ya que el 96% de ellos trabaja en el plazo de un año una vez leída la tesis (de ellos, el 66% en el sector empresarial). El Industrial PhD Program danés se inició el año 1988. Desde 2002 hasta hoy, se han iniciado más de 1.200 proyectos. Según estudios recientes, el 95% de los doctores que han seguido el programa están activos y el 80% de todos ellos empleados en el sector empresarial.
En el caso de Cataluña, a día de hoy se han puesto ya en marcha unos 150 proyectos de doctorado industrial, y en los próximos meses se van a leer las primeras tesis vinculadas al Plan. Estos proyectos implican 120 empresas de diversos sectores y tipologías, así como prácticamente todas las universidades catalanas y diversos centros de investigación e instalaciones científicas singulares. La inversión total (y este es un dato muy relevante) de todos estos proyectos es de 22 millones de euros, de los cuales dos terceras partes provienen del sector privado.
Se trata de una iniciativa, pues, todavía joven y que habrá que monitorizar y evaluar con detalle en los próximos años. Pero a mi modo de entender pone el germen de una conexión fructífera entre formación, investigación e innovación. Un programa que insertará doctores altamente cualificados en todo tipo de sectores empresariales (y también en instituciones y organizaciones del tercer sector), hecho que sin duda reportará en la mejora de la competitividad sostenible del tejido económico que tanta falta nos hace. Así, pues, una colaboración estrecha y complementaria entre instituciones públicas, centros académicos y empresas que estoy convencido que redundará en valor social, económico y tecnológico.
http://www.universidadsi.es/conectando-formacion-investigacion-e-innovacion/