Publicado en La Vanguardia, 2 de julio de 2014

Las universidades catalanas gradúan anualmente de media más de 1.600 investigadores doctores en el conjunto de las áreas científicas. Ello supone un valioso capital humano para el país. El impacto de los doctores en la innovación se lleva a cabo mediante diversos factores, tales como la acumulación de capital científico, la transferencia de tecnología y la cooperación empresas-universidades en el proceso de innovación. De hecho, la incorporación de doctores en las empresas es un indicador clave que facilita su innovación y competitividad.

Diversos informes de la OCDE y un reciente estudio de la Fundación Conocimiento y Desarrollo nos muestran datos interesantes en este terreno. En España, el año 2009 tan sólo el 15.1% de los investigadores doctores trabajaba en las empresas, a diferencia de países como Dinamarca (36.9%), Países Bajos (34.3%), Bélgica (33.4%) y los Estados Unidos (32.7%), donde la presencia de doctores en las empresas es mucho más intensa. La absorción de doctores en el tejido empresarial es un factor estratégico para generar innovación, valor añadido y competitividad. En esta línea, los países que ocupan las primeras posiciones en inversión en investigación e innovación son aquellos donde la inversión privada en I+D como porcentaje del PIB es mayor que la inversión pública. En este grupo están presentes países como Corea del Sur, Japón, Finlandia, Suiza, Suecia o los Estados Unidos.

En el conjunto de España, pues, la inversión de los gobiernos en la formación de investigadores doctores no tiene el efecto económico esperable sobre el tejido empresarial, ya que la gran mayoría de los doctores desarrolla su carrera profesional en las universidades y las administraciones. Revertir esta situación se convierte en una necesidad que debe abordarse con urgencia. Para ello es clave el trabajo conjunto entre empresas y universidades (con el soporte de políticas públicas bien enfocadas y financiadas) para aumentar significativamente el número de investigadores en las empresas. Iniciativas como los doctorados industriales en Cataluña son una herramienta acertada y necesaria que es necesario ampliar. Otras medidas, como la formación de los investigadores en gestión y en habilidades y actitudes, son también imprescindibles. De la inserción de los investigadores doctores en las empresas depende buena parte del desarrollo de la innovación y la competitividad en nuestro tejido industrial y empresarial.

¡Doctores, a las empresas! (PDF)